Desde principios de la historia de la humanidad los hombres han sido los “dueños del poder” y por consiguiente los “amos del saber”, de todos los saberes. Estos galardones han sido autoproclamados, por supuesto, pero tod@s somos partícipes de arraigarlos en la sociedad y en el presente. Llegó la hora de cambiar estas conductas.
Sin duda, los hombres han gozado de inmunidad por muchos años y de privilegios gracias a esto, pero también ha sido un peso sobre sus hombros, porque aquellos hombres que se atreven a dudar de su condición son mirados con sospecha, porque “los hombres de verdad” no dudan, sino saben.
En nuestra cultura patriarcal, un hombre que dude de su derecho a sus privilegios es un hombre en peligro de ser feminizado, porque dudar es “tener falta de carácter” y se les ha hecho creer que esto es un “defecto propio de las mujeres” o que la feminidad es algo malo. Hay feminidad y masculinidad en todos los seres humanos y esto está bien.
Nuevas masculinidades
Por suerte, las bases de esta realidad vienen tambaleándose en los últimos años gracias a mujeres y hombres que se atreven a sacudirlas con constantes cambios a esta “normalidad”.
Cada día son más los hombres que cuestionan las condiciones que se les han sido impuestas desde hace siglos, atreviéndose a incursionar en roles que erróneamente siempre fueron asignados solo al género/sexo femenino. Hombres que están dispuestos a ser vulnerables y que sienten orgullo de atreverse a sentir, a expresar y a llorar, porque sentir es de humanos y se nos debe estar permitido a tod@s, sin importar nuestro género o sexo.
Cada día hay más hombres cocineros, hombres que se quedan en casa, hombres cuidando a sus hijos, hombres amorosos, vestidos de rosa, hombres que lloran y hombres que aman libremente, y que saben que esto no les resta masculinidad. Hombres que comprenden que permitirse los espacios para sentir más bien los hace mejores personas, seres humanos más completos.
Si bien es cierto que aún queda mucho machismo por eliminar, la invitación que queremos hacer el día de hoy es enfocarnos en construir espacios para estas nuevas masculinidades, nuevas formas de vivir lo masculino: diversas y mejores facetas de lo que es ser hombre, y de este modo normalizar y celebrar al hombre sensible, amoroso, vulnerable, delicado, expresivo, comprensivo y cuidador. Empecemos en casa.
El hombre puede ser muchas cosas
En nuestra cultura, en casa es muy común escuchar frases como “los hombres no lloran” o “el hombre es quien provee”, pero éstas no son verdades intrínsecas en ningún ser, porque todos los humanos nacemos con la capacidad de llorar y todos podemos encontrar cosas para proveer a nuestros seres queridos. Y así con todo.
Queremos recordarles todas esas otras cosas que el hombre puede ser:
El hombre puede ser cuidadoso. No es cierto que un hombre tiene que ser tosco y violento para ser masculino.
El hombre puede ser sensible. Como seres humanos, todos tenemos la capacidad de sentir tanto alegría como tristeza, podemos tener miedo, sentir amor o llorar.
El hombre puede ser compasivo y empático. Todos tenemos la capacidad de perdonar y de ayudar. Todos podemos dar un abrazo, una caricia y un beso a cualquiera para generar espacios de todo tipo de amor.
El hombre puede ser tolerante. Aprendamos que no todos somos iguales y que hay cabida en este mundo para todo tipo de personas, de sexualidades, de maneras y que no hay una verdad absoluta.
El hombre puede ser todas estas cosas y muchas más, tod@s podemos. Como sociedad estamos en la obligación de esforzarnos por crear espacios donde los hombres puedan sentirse merecedores de vivir el amor, la vulnerabilidad, sus emociones y de ser todas estas cosas que nunca se le fueron permitidos ser.
Para lograr esto hay que hacer cambios profundos en la comunicación, en los modos de relacionarnos, en los significados erróneos que tenemos tan grabados en nuestra sociedad, y tomar conciencia de lo que puede significar para un hombre una burla o crítica sobre sus emociones, y como estas acciones en contra de sus emociones o expresiones lo invalidan.
En Kunda queremos crear estos espacios, llenos de personas felices que vivan con los permisos de ser quienes realmente quieren ser.
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Con mucho amor, Kunda La Vagina.
Hermoso, que bonita manera de expredar…lo que todos podemos ser:)