¿Qué nombre le das a tus genitales?
De esta pregunta se desprenden muchas otras: ¿qué reconoces de tus “partes íntimas”? ¿Te avergüenzan? ¿Qué te han enseñado toda tu vida sobre “allá abajo”?
Desde pequeñas/os, nos enseñan que el hablar de nuestros genitales es un tabú y cuando se habla de ellos, siempre se hace con nombres que no corresponden, minimizándolos con diminutivos o dándoles “apodos” infantiles u obscenos.
Lamentablemente, esto no ocurre sólo en nuestro entorno familiar, sino también en la escuela y entre nuestros amigos. Además, esto no se limita a la cultura, sino que es una ideología arraigada dentro de la historia de la humanidad con orígenes muy antiguos que nos hace construirnos como seres sexuados con bases en la vergüenza, los miedos y la desinformación.
Es mucho lo que hoy en día, incluso con los avances tecnológicos, no se sabe de nuestros genitales, pero esto no se debe a que no se haya explorado o investigado, sino a que la sexualidad es un tema que nos han inculcado a silenciar y omitir, en especial cuando se trata de la anatomía de la mujer. Por ejemplo, hasta hace poco, aún se hablaba de los genitales de la mujer como “órganos sexuales masculinos que no se desarrollaron por completo” o del clítoris como “un pene atrofiado”. Cosas que no son reales y que coloca a las mujeres en un lugar por debajo del hombre, y nos hace ver insuficientes e inadecuadas por “no tener pene” o “tener uno atrofiado”.
Ya es hora de darle un nuevo significado a estos conceptos y reconocer nuestro cuerpo y sus partes por su nombre y como lo que son: importantes, valiosas y únicas.
Tenemos que aprender a escuchar y relacionarnos positivamente con nuestros cuerpos: cuando tenemos un escalofrío y hasta cuando nos enfermamos, nuestro cuerpo está tratando de decirnos algo -especialmente cuando se trata de esas infecciones vaginales o enfermedades en nuestro vientre que consideramos tan “normales” y en vez de escucharlo, nos hemos acostumbrado a ignorarlo o silenciarlo con pastillas.
Para descifrar estos mensajes y aprender a comunicarnos con nuestro cuerpo es necesario hacer un trabajo interior en el que queremos guiarte. Lee hasta el final.
Somos más que genitales, somos energía
En general, nuestra sexualidad ha sido reducida vulgarmente por los siglos de los siglos a nuestros genitales, pero ya es hora de gritar al mundo que nuestra sexualidad es más, mucho más, que se trata de una energía que atraviesa todos los sentidos de nuestros cuerpos y que se involucra en todos los aspectos de nuestra vida.
Nuestra sexualidad está presente desde el momento en que nacemos hasta el día en que morimos, desde las etapas orales y anales en los bebés, por ejemplo, hasta una conversación, o la construcción de una casa. Y definitivamente es mucho más que simplemente estímulo y reacción.
Si aprendemos a reconocernos como seres sexuales y a vivir desde el placer, podemos darle vida a ese ser mágico y verdadero que llevamos dentro, ése de donde viene toda nuestra creatividad.
Nuestra invitación parte de un punto muy sencillo: que te explores y conozcas tu cuerpo completamente, por dentro y por fuera, que le des nombre a todas esas partes que te forman y te dan vida. Éste es el punto de partida para que abras los ojos y veas al mundo y te veas en él como lo que realmente eres: magia, energía sexual, vida .
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Con mucho amor, Kunda La Vagina